Desde el año 2013, el cromo (VI) está incluido en la lista de sustancias sujetas a autorización por la Unión Europea a través del reglamento REACH (registro, evaluación y autorización de sustancias químicas). Se sospecha que causa graves problemas de salud, como enfermedades respiratorias e irritación cutánea, y también está clasificado como cancerígeno. El cromo (VI) se forma por la oxidación, especialmente a altas temperaturas. Dentro del reglamento REACH se trata de una sustancia prohibida. Esto significa, que no se registran los procesos en los que se produce cromo (VI). Pero es precisamente aquí donde surgen considerables riesgos para la salud en la práctica.

Así, en el caso de las uniones roscadas que están expuestas a altas temperaturas, se utilizan un sinfín de tornillos de acero inoxidable en combinación con pastas de montaje o tornillería con el fin de reducir la fricción entre las piezas de ensamblaje, así como de garantizar que puedan aflojarse posteriormente. El problema: a temperaturas superiores a 350 grados centígrados, el cromo del acero se oxida y se forman compuestos de cromo (VI), entre otros, a causa de las pastas de montaje disponibles hasta el momento en el mercado.

Este proceso puede reconocerse por la decoloración amarillenta de la pasta de montaje o tornillería. A más tardar durante el desmontaje de las uniones atornilladas, existe el riesgo de que el personal montador libere polvos que contengan cromo (VI) y, posteriormente, los inhalen o entren en contacto con el cromo (VI) a través de la piel o las mucosas. La única manera de evitar, actualmente, un riesgo para la salud es realizar los trabajos de montaje o mantenimiento con protección respiratoria y laboral completa. No obstante, esto no es así en la práctica. Por ignorancia, muchas personas están expuestas al peligro de entrar en contacto con el cromo (VI) todos los días en el trabajo.

«Este enorme potencial de peligro y el uso generalizado de pastas de montaje en casi todos los sectores industriales nos ha impulsado a enfocar nuestra experiencia tecnológica de los lubricantes sostenibles en el desarrollo de una pasta de montaje que minimice la formación de cromo(VI). Para ello, hemos tenido que desarrollar nuevos procesos y comprobar todos los ingredientes que habíamos empleado hasta ahora, con el fin de identificar a los responsables de estos procesos químicos. Seguidamente, el desafío fue sustituir los ingredientes críticos por otros no críticos, pero sin modificar las propiedades tribológicas», explica Joscha Klusmeier, director técnico de OKS, describiendo los desafíos que tuvo que resolver su equipo de investigación y desarrollo.

Con la nueva pasta de alta temperatura OKS 210, los usuarios ahora disponen de una variante de producto especialmente diseñada para reducir la formación de cromo (VI) cuando se utiliza como pasta de montaje. Otra ventaja más: la pasta cuenta con la certificación NSF y, con ello, es apta para su uso en la industria alimentaria.

Con este nuevo desarrollo, OKS pone de relieve su experiencia en el ámbito de los lubricantes sostenibles y seguros para el usuario, y amplía la proporción de productos cuya seguridad de aplicación se ha incrementado más aún.