Paul Vahle GmbH & Co. KG
Paul Vahle GmbH & Co. KG
03.12.2025 01:12
En el mundo digital actual, nada funciona sin semiconductores. Estos minúsculos componentes son la espina dorsal de nuestra sociedad moderna y caracterizan nuestra vida cotidiana, desde los teléfonos inteligentes y los coches eléctricos hasta los sistemas de inteligencia artificial. La mayoría de estos componentes clave se fabrican en Taiwán, que representa alrededor de una cuarta parte de la producción mundial. Esto convierte a la isla del Pacífico occidental en el punto estratégico del panorama tecnológico mundial. Ahora, una mediana empresa alemana ha logrado introducirse en este mercado extremadamente sensible: Paul Vahle GmbH & Co. KG ha desarrollado un innovador sistema de transmisión de energía sin contacto para sistemas de transporte aéreo por polipasto (OHT). Una tecnología que está demostrando ser especialmente eficaz en la producción de alta precisión de semiconductores.
Si se quiere entender el futuro de esta tecnología, hay que mirar a Taiwán. El estado insular se ha convertido en el centro de control de la industria mundial de semiconductores. Sobre todo, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company Limited, o TSMC para abreviar, es el mayor fabricante de chips del mundo. Muchas empresas alemanas también se abastecen de importantes componentes electrónicos y de TI en Taiwán o los mandan fabricar allí.
Entrada estratégica en el mercado
La entrada de Paul Vahle GmbH & Co KG en el mercado taiwanés de chips desde la tranquila ciudad de Kamen -más conocida por los atascos y la lentitud del tráfico en el cruce de Kamen- no es casualidad, sino una respuesta estratégica a los cambios globales. Y casi ningún otro lugar del mundo es actualmente tan decisivo para el futuro industrial como la isla frente a la costa china. Steffen Fink, ingeniero de aplicaciones de campo de VAHLE, lo explica en pocas palabras: "Si quieres ser un actor en la industria de semiconductores, tienes que estar presente en Taiwán o te quedarás atrás"
Una gran parte de la intralogística en la producción de chips se basa en sistemas de transporte automatizados (sistemas OHT), que trasladan los semiconductores sensibles entre las fases de producción. "Este mercado solía estar firmemente en manos japonesas, con sus propios sistemas cerrados de suministro de energía", explica Fink. Pero el viento ha cambiado: las empresas taiwanesas buscan más independencia, innovación y nuevas tecnologías. Aquí es precisamente donde VAHLE ve su oportunidad. Con un producto que, literalmente, hace posible la conexión.
Eficiencia y seguridad en la producción
Porque lo que el proveedor de sistemas para aplicaciones industriales móviles ha desarrollado en el campo de la transmisión de potencia sin contacto es único en el mundo: la tecnología propia CPS140 (Contactless Power Supply) funciona a una frecuencia de transmisión de 140 kHz. Esto es más de siete veces la frecuencia utilizada por otros operadores del mercado. Esto se debe a que los sistemas establecidos suelen basarse todavía en estándares tecnológicos de los años 90 y sólo utilizan entre 10 y 20 kHz. "La alta frecuencia también permite una corriente significativamente menor", explica Fink. Mientras otros proveedores trabajan con hasta 85 amperios, VAHLE sólo necesita 45 amperios. "En comparación directa, nuestra tecnología es por tanto más eficiente, tiene cuatro veces menos pérdidas y es significativamente más potente que muchas soluciones existentes"
Otra ventaja: CPS140 genera un campo magnético especialmente pequeño con una densidad de energía extremadamente alta. Esto supone una ventaja decisiva en entornos de producción sensibles con elevados requisitos de seguridad. Además, la denominada zona libre de metales se reduce al mínimo. "Esto significa pérdidas mínimas de energía, calentamiento mínimo en las zonas cercanas al metal y, por tanto, mayor seguridad y eficacia en el funcionamiento", afirma Fink. En la producción de semiconductores, en particular, cada grado cuenta: la producción tiene lugar en salas blancas estrictamente climatizadas a una temperatura constante de 25 grados centígrados y una humedad definida. Cualquier calentamiento innecesario debido a una pérdida de potencia debe compensarse de forma costosa y con gran consumo de energía. Por ello, el sistema VAHLE no sólo reduce el consumo de energía, sino también las necesidades de refrigeración y, por tanto, los costes de funcionamiento.
Diseño compacto y sin mantenimiento
El sistema de transferencia de energía sin contacto también ofrece ventajas decisivas en cuanto a tamaño e integración: Gracias a la alta frecuencia de transmisión, los llamados pickups, es decir, los colectores de energía, pueden construirse de forma especialmente compacta. "Nuestros captadores se encuentran entre las soluciones inductivas más pequeñas del mercado y convencen por su extraordinaria capacidad de integración", subraya Fink. Su reducido tamaño facilita la integración en sistemas de transporte complejos, sobre todo cuando los radios de curvatura son estrechos o el espacio de instalación limitado, por ejemplo en sistemas intralogísticos extensos con varios kilómetros de vía.
Además, el sistema funciona completamente sin desgaste mecánico. En la práctica, esto significa un funcionamiento sin mantenimiento desde la puesta en marcha, sin defectos ni piezas de repuesto. Se trata de un factor de calidad decisivo, especialmente en entornos de producción sensibles como la industria de semiconductores. Y es que cualquier parada imprevista, por mínimo que sea el error de producción, puede ocasionar elevados costes e inutilizar lotes enteros. Además, la barrera de entrada del sistema es baja, puesto que ya se está utilizando en diversas industrias, como la fabricación de automóviles, la logística alimentaria y los centros de expedición.
Altos estándares para altas exigencias
VAHLE también se encuentra en una posición ideal desde el punto de vista normativo: La certificación SEMI (Semiconductor Equipment and Materials International), fundamental en el mercado de los semiconductores, confirma, entre otras cosas, la baja emisión de partículas, la alta fiabilidad y el cumplimiento de la normativa internacional de protección contra incendios. Se considera una norma decisiva en la producción de chips estrictamente regulada y es la base del uso de la tecnología VAHLE en todo el mundo.
Otra puerta abierta al mercado internacional: VAHLE es uno de los dos únicos proveedores del mundo con certificación UL adicional. "Se trata de un factor importante para acceder al mercado asiático y norteamericano", explica Fink. Mientras que este tipo de certificaciones son menos demandadas en Europa, en parte debido al nivel tradicionalmente bajo de producción de semiconductores, en Taiwán, por ejemplo, se consideran estándar. La lógica del mercado también difiere: a diferencia de sectores sensibles al precio como la automoción, en la producción de semiconductores el precio desempeña un papel subordinado. "La calidad, la fiabilidad y la eficiencia energética ocupan aquí un lugar central. Son criterios en los que VAHLE puede ganar puntos", afirma Fink.
La tecnología por sí sola no basta
La entrada de VAHLE en el mercado taiwanés no es sólo un hito tecnológico, sino también cultural. El acceso se considera todo un reto. No sólo por los elevados requisitos técnicos, sino sobre todo por las estructuras establecidas y las relaciones comerciales de larga data. Los proveedores japoneses han dominado el mercado durante décadas, a menudo en constelaciones casi monopolísticas. Si quiere hacerse un hueco aquí, necesita algo más que un producto innovador. Se necesita confianza, presencia local y conocimientos interculturales.
Por eso, para VAHLE fue crucial establecer relaciones personales. Johannes Schipflinger, Director de Producto de la empresa, lleva años trabajando en la región asiática y colabora estrechamente con sus colegas in situ. Su experiencia regional y su comprensión de los matices culturales fueron factores clave para entrar en el mercado en igualdad de condiciones. "Por supuesto, te perciben de forma muy diferente cuando tienes delante a alguien de tu misma cultura", afirma Schipflinger.
Modelos de negocio basados en la colaboración
En cualquier caso, el modelo de negocio de VAHLE se basa en la cooperación. Esto se debe a que la transferencia de energía sin contacto no es un producto final visible, sino un componente central dentro de complejos sistemas de transporte. "La línea de vida invisible, por así decirlo. Es crucial para el funcionamiento, pero no es el centro de atención", afirma Schipflinger. Por eso es especialmente importante la estrecha colaboración con integradores de sistemas y fabricantes de equipos originales, que integran la tecnología en sus sistemas y la comercializan junto con VAHLE.
La entrada en el mercado de Taiwán se produjo con el apoyo de las sucursales de VAHLE en Asia y de los colegas de allí, que establecieron los contactos iniciales y realizaron labores de traducción técnica y cultural. Estratégicamente, el proyecto seguirá gestionándose desde Alemania. La proximidad al mercado asiático es una ventaja, pero los conocimientos tecnológicos siguen siendo claramente "Made in Germany". Esta promesa de calidad sigue teniendo un gran peso en Taiwán. A pesar de todos los debates sobre Alemania como centro de innovación, la ingeniería alemana goza de una excelente reputación en Asia. "Sentimos la confianza a flor de piel cuando presentamos nuestra tecnología", afirma Schipflinger. "La apertura a la innovación está ahí, pero uno quiere saber exactamente con quién está tratando"
Cultura de confianza en Taiwán
A pesar de la superficie occidentalizada -coches alemanes en las calles, iPhones en cada mano-, Taiwán tiene sus propias reglas del juego: Los negocios requieren tiempo, una conexión personal y una presencia física. Las comidas de negocios en mesas redondas con docenas de platos, las conversaciones en chino, aunque se entienda el inglés, forman parte de la cultura de la confianza.
Con cada instalación exitosa, crece la confianza y con ella la oportunidad de afianzarse a largo plazo en uno de los mercados más dinámicos del mundo. Los primeros proyectos ya están en el horizonte, y el equipo local impresiona por su experiencia, compromiso y aspecto profesional. Pero en la industria de los semiconductores, no basta con empezar con éxito: Lo que cuenta ahora es la constancia. Fiabilidad, desarrollo tecnológico y una presencia continua son las divisas utilizadas para generar confianza.
Oportunidades globales con tecnología alemana
La entrada de VAHLE en el mercado taiwanés de semiconductores demuestra cómo la experiencia alemana en ingeniería combinada con la innovación tecnológica puede abrirse paso con éxito en uno de los campos tecnológicos más exigentes del mundo. Con la solución de transferencia de potencia sin contacto CPS140, la empresa cumple los requisitos centrales de la producción de chips. Pero el éxito no se basa únicamente en la tecnología. El establecimiento de asociaciones de confianza, el entendimiento cultural y una presencia local a largo plazo han contribuido significativamente a ser reconocidos y aceptados como nuevos proveedores, incluso por los operadores establecidos del mercado. La demanda crece y se vislumbran nuevos proyectos en el horizonte. "No nos limitamos a cabalgar una ola, sino que nosotros mismos hemos construido las tablas de surf adecuadas", resume Johannes Schipflinger, Director de Producto.
Paralelamente a la expansión en Asia Oriental, Europa, EE.UU. e India también están pasando a un primer plano. Allí están surgiendo sobre todo nuevos emplazamientos de semiconductores, con requisitos similares de tecnologías fiables y libres de mantenimiento. VAHLE se está preparando para este paso, por ejemplo exponiendo en ferias internacionales como Semicon Taiwan o Electronica India. Al mismo tiempo, la cooperación con socios taiwaneses supone un valioso impulso para el desarrollo ulterior del producto. Ya se han definido los primeros paquetes de trabajo para la optimización tecnológica. Una cosa está clara: la entrada en Taiwán ha sido algo más que un éxito aislado. Forma parte de una estrategia a largo plazo para ser un actor permanente en un mercado en crecimiento a escala mundial.
"En el debate actual sobre innovación, alta tecnología y el papel de Alemania como centro tecnológico, a menudo se habla de déficit. Sin embargo, no hay que olvidar que numerosas empresas medianas están llevando activamente el Made in Germany al mundo como auténticos actores clave de una nación exportadora, que Alemania sigue siendo", resume Schipflinger. VAHLE es una de estas empresas con profundidad tecnológica, orientación global y la voluntad no sólo de servir a los mercados futuros, sino de contribuir a darles forma.
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