La conducción autónoma, que aún se está perfeccionando para el tráfico por carretera, ya forma parte de la vida cotidiana en el transporte de materiales desde el almacén hasta el montaje. De hecho, los kits especiales independientes del fabricante para convertir los tractores de arrastre eléctricos disponibles en el mercado en sistemas de transporte sin conductor constituyen una innovación en este ámbito, tal y como ofrece Schiller Automatisierungstechnik GmbH. Los diseñadores protegen la electrónica necesaria para los trenes de remolque autónomos de golpes y vibraciones con ayuda de aislantes de caucho-metal de ACE.

Un tren de carretera que esté disponible al 99,986 %, circule de forma autónoma y elija la ruta más rápida sigue siendo un sueño de futuro para el transporte de larga distancia. Para los vehículos de transporte autónomos de Schiller Automatisierungstechnik GmbH, es una realidad. La empresa, con sede en Osterhofen, en el distrito de Deggendorf, en la Baja Baviera, ha completado recientemente con éxito un proyecto con 22 trenes remolcadores autónomos por encargo de un importante fabricante bávaro de automóviles. La flota transporta más de 500 toneladas de material por jornada laboral desde el almacén hasta la cadena de montaje, cubriendo una distancia de más de 300 kilómetros diarios. Durante la prueba realizada a lo largo de 10 turnos, se recorrieron más de 1.550 kilómetros de forma autónoma con la máxima disponibilidad.

Conversión de tractores eléctricos comerciales en sistemas de conducción autónoma

Fundada en 1985 por Ewald Schiller, Schiller Automatisierungstechnik GmbH se ha convertido en una empresa con más de 240 empleados en Osterhofen, Metten, Grafenau y Shenyang (China). La electricidad, la mecánica y la informática para los campos de la automatización, la logística, las salas blancas y la planificación eléctrica son algunas de las competencias básicas. Schiller sentó las bases para el desarrollo de soluciones para trenes de remolcadores autónomos en 2018. "Rápidamente tuvimos claro que la tecnología de seguridad sería una cuestión clave para nuestros sistemas de transporte sin conductor, porque en el caso de los trenes remolcadores, como en el caso de la operación con remolques en general, el error de seguimiento de los remolques se considera una tarea importante".peter Stoiber, responsable de robótica móvil de Schiller, explica uno de los retos durante el trabajo de desarrollo. Además, para cumplir las estrictas normas de las directrices sobre máquinas, el ingeniero y su equipo tuvieron que calcular la probabilidad de error de todos los componentes y garantizar la máxima disponibilidad. El trabajo de desarrollo condujo al perfeccionamiento de un GPS interior, con cuya ayuda el tren remolcador reconoce siempre dónde se encuentra. Esto significa que no es necesario realizar cambios estructurales en la ruta de transporte para orientarse. Además, cada tren de remolcadores de Schiller puede adaptarse fácilmente a situaciones cambiantes en el proceso de producción y utilizarse también en otros lugares. La mayor ventaja de la solución: los remolcadores eléctricos disponibles en el mercado pueden convertirse en sistemas de conducción autónoma gracias a la tecnología de Schiller.

La tarea: garantizar la fiabilidad de la electrónica

Aunque los trenes de remolcadores pueden seguir siendo manejados por el conductor después de haber sido equipados con los kits de conversión, el piloto automático muestra sus puntos fuertes día tras día en el uso cotidiano. Por ejemplo, cuando el tren remolcador ha llegado cerca del siguiente puesto de trabajo, un smartwatch en la muñeca del empleado a cargo informa del estado mediante una alarma vibratoria. El empleado puede entonces cargar o descargar los vagones y dar la señal de "todas las acciones completadas, tren en marcha". De este modo, la ruta continúa sin retrasos. Se eliminan los tiempos de desplazamiento innecesarios para el personal. Por muy inteligente que sea el tren de la ruta Schiller, hay una cosa que todavía no puede hacer: volar. Y ese fue uno de los últimos problemas en el proceso de desarrollo que Peter Stoiber tuvo que afrontar con su equipo como jefe de la división de Robótica Móvil. Al fin y al cabo, el tren tiene que circular por vías irregulares o cruzar pasillos de edificios en sus múltiples recorridos por la fábrica de automóviles. Son puntos potencialmente peligrosos que ponen en peligro la fiabilidad de la electrónica. Por eso era importante evitar que el armario de control vibrara. Para ello, el tren remolcador debía equiparse con amortiguadores de vibraciones en los puntos decisivos.